domingo, 2 de marzo de 2008

Sobre la multiplicidad de las izquierdas

La izquierda, al menos y particularmente hoy en día, no puede definirse de una manera unívoca con relación a presupuestos teóricos concretos y estables. Ello es debido a que, a lo largo del siglo pasado, especialmente en sus dos últimas décadas, el gran filón doctrinal común de la izquierda ha ido perdiendo forzosamente su vigencia hasta convertirse, de principio vertebrador y punto de partida del análisis de la realidad social, en un mero aderezo, si no en un simple vestigio. Esta evolución, claro está, no ha sido ni inmediata ni indolora, y algunos sectores trasnochados parecen no haber tomado nota todavía de lo acontecido el siglo pasado.

En este estado de cosas, la izquierda debió prescindir, si pretendía concitar en torno a ella un número razonable de votos, del comunismo y del socialismo, abrazando una suerte de conciliación entre estos últimos y la democracia liberal. Cabe referirse a esta postura intermedia (ciertamente, y para alivio de todos, mucho más cercana al liberalismo político que a los postulados marxistas) como socialdemocracia. Dentro de esta gran rama, la única soluble en una democracia, la teoría política de izquierdas ha diseñado diversas matizaciones que, en principio, no pueden compararse en profundidad con los grandes sistemas teóricos del pasado. Así, oímos hablar frecuentemente de la democracia participativa, en la que el diálogo jugaría un papel central en las obras de Jürgen Habermas; del republicanismo cívico de Philip Pettit, quien también enfatiza la involucración del individuo en la gestión de los hechos públicos; la teoría de la justicia del «liberal» John Rawls o las ideas sobre la libertad sujeta a la igualdad de oportunidades del premio Nobel de Economía Amartya Sen, entre otras muchas aportaciones.

Pero ¿qué podemos encontrar en el mercado de las ideas asociadas a la izquierda o al progresismo, cuya plena compatibilidad con la democracia liberal no está asegurada? Los planteamientos antiglobalización, el ecologismo, el multiculturalismo, el pacifismo, el antiimperialismo (estadounidense) o los nacionalismos «identitarios», son algunos de los vástagos de la izquierda ideológica, si bien es verdad que el nivel de elaboración teórica de cada uno es muy diferente (aunque bajo en la media), como también hay grandes diferencias en las consecuencias que se derivarían de la aplicación concreta de cada una de estas visiones del mundo. Creo que, quien más, quien menos se da una idea aproximada de lo que significa grosso modo cada una de estas vertientes. Descender a los detalles requeriría mucho tiempo por mi parte y excesiva paciencia por la vuestra.

Con todo esto no he pretendido sino trazar un pequeño, y no exhaustivo, mapa de lo que la palabra izquierda puede llevar y a menudo lleva aparejada en este incipiente siglo XXI. (Tampoco es mi saber tan grande como para haberlo hecho mucho mejor, por cierto...).